Los propietarios de bienes raíces firman contratos para la administración y venta de sus propiedades, adjuntando el titulo del inmueble con la mensura judicial. La inmobiliaria tiene su cargo la realización del proyecto de loteo y la aprobación del mismo por la Municipalidad respectiva, la limpieza de la fracción y mejoras necesarias para la venta, la apertura rasante de calles, campaña publicitaria y la venta, administración y cobranzas de los lotes resultantes en cuotas o al contado.
Los propietarios de los inmuebles firman un contrato de administración con la inmobiliaria, adjuntando además el titulo del inmueble. La inmobiliaria por su parte tiene a su cargo la búsqueda del inquilino, el mantenimiento del inmueble, el estudio detallado del futuro ocupante, la elaboración del contrato, pago de impuestos municipales, el cobro mensual del alquiler, la atención y solución de reclamos que pudieran surgir.
La empresa se tiene a su cargo la venta o alquiler, debiendo realizar todas las operaciones necesarias para llevar a cabo la transacción.